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Soporífero.
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¿Soporífero?
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Que duerme, quiero decir.
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Ya veo. De
modo que no le ha gustado mi relato.
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Yo no he dicho eso.
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Pero le ha
parecido...soporífero.
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Sin duda no es demasiado emocionante. Dos hombres encerrados en una
habitación...
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En una
caja.
-
¿Perdone?
-
Es una
caja. Las habitaciones tienen puertas.
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Ya veo. Y la suya no tiene puertas.
-
Ni
ventanas.
-
Ni ventanas, claro.
-
De hecho
no tiene ningún tipo de apertura.
-
¿Y cómo explica que haya dos personajes dentro?
-
Oh, se
trata, evidentemente, de un misterio sin resolver.
-
¿Y debe resolverlo el lector?
-
Solo si
desea saber lo que está ocurriendo, claro que siempre puede no querer, cerrar
el relato y seguir a otra cosa.
-
Pero parece que engancha.
-
¿Ya no le
parece soporífero?
-
Sin duda va despacio. Y no entiendo algunas de las cosas que ocurren.
-
Es un
relato para pensar.
-
Ya veo… ¿Y lo del arma?
-
¿No te
gusta?
-
Lo veo forzado. Aparece sin más, y después todo se emborrona. ¿De verdad
cree que morirán los dos?
-
¿Querría
usted vivir en una caja para siempre?
-
A lo mejor es que no han visto la puerta.
-
Yo lo escribí,
sé que no tiene resquicios.
-
Veo una situación similar aquí.
-
Se llama
paralelismo.
-
¿Qué haces?
-
¿Por qué
lo dices?
-
Porque me estás apuntando con un arma, ¿de dónde la has sacado?
-
¿Esto? Ah,
bueno, estaba por aquí.
-
¿Dentro?
-
Sí, llegó
mucho antes que nosotros.
-
A una habitación sin puertas ni ventanas.
-
Exacto.
-
Sin duda otro misterio.
-
Eso sin
lugar a dudas, sí.
-
De ti solo veo la mano, y el arma.
-
Eso es
porque estoy en un rincón sin luz.
-
Sí, exacto, ¿te importaría…?
-
¿...salir
a la luz? ¿Por qué?
-
Para poder verte.
-
Pero tú ya
me has visto.
-
¿Fuera de aquí?
-
¿Existe un
fuera de aquí? Si es así lo desconozco, la verdad.
-
Aun así me gustaría ver tu rostro, y que bajases el arma.
-
Pero es
que esto no es un arma. Aquí no.
-
¿No?
-
No, estoy
totalmente convencido de que se trata de otra cosa.
-
¿Y qué es?
-
Eso es
otro misterio.
-
Sin duda estoy empezando a apreciar su...relato.
-
Es
emocionante, ¿no cree?
-
Tiene sus altibajos.
-
Y, ¿cómo
cree que acabará?
-
¿No acaba con los disparos?
-
¿Quieres
que acabe con los disparos?
-
No, no, yo no he dicho eso.
-
¿Por qué
levantas las manos? ¿Crees que voy a dispararte?
-
Bueno, sigues apuntándome.
-
También te
he dicho que esto no es un arma.
-
Parece que pueda disparar.
-
Oh, y lo
hace, sin duda alguna.
-
De modo que sí es un arma.
-
Me temo
que es algo mucho más grave que un arma.
-
Tendrá que resolver las dudas sobre su relato. Empiezan a acumularse.
-
Eso
rompería el paralelismo, ¿no cree? En el relato no hay explicación ninguna.
-
También hay dos disparos.
-
Oh, sí,
también está eso.
-
No me gustan los disparos.
-
A uno de
mis personajes no le gustaban los disparos. Al otro sí. Y a mi me encantan.
-
¿Y si digo que a mí me gustan los disparos?
-
Oh, no me
gustaría romper el paralelismo...tenga. Tenga, cójala. Ahora yo odio los
disparos, ¿de acuerdo?
-
De acuerdo. ¿ Me da el arma?
-
Para
usted.
-
Muchas gracias.
-
Ahora es
usted el que me apunta.
-
Estoy nervioso, hace un momento me apuntaba.
-
Sí, eso es
verdad. No puedo negarlo.
-
Pesa más de lo que pensaba.
-
Y no es
tan fácil de disparar.
-
¿De veras?
-
De veras,
hay que ejercer bastante presión sobre el gatillo. Más de la que parece.
-
Ya veo.
-
Pero tenga
cuidado, solo hay dos balas.
-
Eso son dos disparos.
-
Ha dicho
que le encantan.
-
No quería morir. Desde luego no aquí.
-
Hay cosas
peores que morir aquí.
-
¿Como qué?
-
Como
quedarse aquí para siempre.
-
Bueno, no hay salida.
-
Eso no es
verdad. Hay dos salidas.
-
Pero no hay puertas ni ventanas, ni ningún tipo de abertura.
-
No las
necesitamos para salir.
-
Ah, ¿no?
-
No, claro
que no. Me temo que ese relato que a usted le aburría...no lo ha entendido.
-
Quizá por eso no me haya resultado agradable.
-
Sin duda
es por eso. Si lo hubiese comprendido le habría parecido exquisito.
-
Explíquemelo.
-
¿Yo?
-
¿Quién si no?
-
Explíqueselo
usted mismo.
-
Pero, ¿qué dice? Ya basta de juegos. ¡Quiero salir de aquí!
-
¿Y qué va
a hacer?
-
Voy… ¡a dispararle! ¡Le dispararé!
-
Muy bien,
pero tiene solo dos balas.
-
¿No está asustado?
-
Algo, pero
soy optimista. Me aterran los disparos, pero no veo otro modo, y solo tiene dos
balas.
-
Deje de repetir que solo tengo dos balas, eso ya lo ha dicho.
-
Lo repito
porque es importante.
-
¿Importante?
-
Que tiene
cierta relevancia.
-
Sí, sé lo que significa importante. Salga de la zona sin iluminar.
-
No.
-
Salga o le disparo.
-
Adelante.
O me dispara, o salgo.
-
¿Cómo?
-
Si no me
dispara daré un paso adelante y usted me verá la cara.
-
¡Es su cara la que quiero ver, puto lunático!
-
Por favor,
no pierda los papeles. Tranquilícese. No querrá apretar el gatillo sin querer.
-
Ha dicho antes que cuesta apretarlo.
-
He dicho
que cuesta más de lo que parece, pero usted está nervioso, le tiembla la mano
demasiado.
-
¿Y qué?
-
Nada, pero
sólo tiene dos balas.
-
¡Una! ¿Ve? ¡He disparado al techo!
-
Sí, lo
veo. Y ahora ya solo queda una bala dentro de la pistola.
-
Y es para usted.
-
Muy
amable.
-
¿Amable?
-
Por darme
la única posesión dentro de la caja.
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Está usted loco. ¿Qué hace? Quédese quieto.
-
¿Y si no?
-
¿Cómo? No puede ser…
-
¿Por qué
se aleja?
-
Porque usted se acerca. Quédese donde está. ¿Cómo puede ser?
-
¿Cómo
puede ser, qué?
-
Tiene usted mi misma cara.
-
Más me
vale.
-
Deje de acercarse o disparo.
-
Dispare, o
me acercaré más. ¿Se ha dado cuenta de que es usted el que está ahora en la
sombra y yo bajo el foco?
-
¿Y eso qué significa? Deje de sonreír o…¡disparo!
-
Dispare.
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¡Já! ¿Qué le ha parecido? ¿Eh? Se está desangrando y yo sigo vivo.
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Gracias.
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¿Gracias?
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Quería ser yo la parte que consiguiese salir de aquí.
Me ha gustado mucho. Lo entiendo como un conflicto de dos ideas en la cabeza. Me recuerda a "El club de la lucha".
ResponderEliminar¡Lo has captado perfectamente! Salvo por esas cosas que has dicho en tu comentario :P
EliminarNo, es broma, has acertado ;)
Pero no digas nada para que el siguiente no sepa nada :P